Löydetty 603 Tulokset: pena de muerte

  • ¿Será posible que algo bueno produzca en mí la muerte? En absoluto. Esto viene del pecado, y se ve mejor lo que es el pecado cuando se vale de algo bueno para producir en mí la muerte. Gracias al precepto, el pecado deja ver toda la maldad que lleva en sí. (Carta a los Romanos 7, 13)

  • ¡Infeliz de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, o de esta muerte? (Carta a los Romanos 7, 24)

  • En Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. (Carta a los Romanos 8, 2)

  • Pero no hay sino muerte en lo que ansía la carne, mientras que el espíritu anhela vida y paz. (Carta a los Romanos 8, 6)

  • Pero Cristo está en ustedes, y aunque el cuerpo lleve en sí la muerte a consecuencia del pecado, el espíritu es vida por haber sido santificado. (Carta a los Romanos 8, 10)

  • Si viven según la carne, necesariamente morirán; más bien den muerte a las obras del cuerpo mediante el espíritu, y vivirán. (Carta a los Romanos 8, 13)

  • Como dice la Escritura: Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. (Carta a los Romanos 8, 36)

  • Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, (Carta a los Romanos 8, 38)

  • Siento una tristeza muy grande y una pena continua, (Carta a los Romanos 9, 2)

  • Señor, han dado muerte a tus profetas, han derribado tus altares; he quedado yo solo y, además, quieren matarme. (Carta a los Romanos 11, 3)

  • Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor. Tanto en la vida como en la muerte pertenecemos al Señor. (Carta a los Romanos 14, 8)

  • Por esta razón Cristo experimentó la muerte y la vida, para ser Señor de los muertos y de los que viven. (Carta a los Romanos 14, 9)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina