Löydetty 239 Tulokset: obras

  • «¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús Nazareno!» Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo el pueblo. (Evangelio según San Lucas 24, 19)

  • Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. (Evangelio según San Juan 3, 19)

  • Pues el que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras malas sean descubiertas y condenadas. (Evangelio según San Juan 3, 20)

  • Pero el que hace la verdad va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios.» (Evangelio según San Juan 3, 21)

  • Pero yo tengo un testimonio que vale más que el de Juan: son las obras que el Padre me encomendó realizar. Estas obras que yo hago hablan por mí y muestran que el Padre me ha enviado. (Evangelio según San Juan 5, 36)

  • Entonces le preguntaron: «¿Qué tenemos que hacer para trabajar en las obras de Dios?» (Evangelio según San Juan 6, 28)

  • Sus hermanos le dijeron: «No te quedes aquí, vete a Judea para que tus discípulos de allí vean las obras que realizas. (Evangelio según San Juan 7, 3)

  • El mundo no puede odiarlos a ustedes, pero a mí sí que me odia, porque yo muestro que sus obras son malas. (Evangelio según San Juan 7, 7)

  • Jesús respondió: «Esta cosa no es por haber pecado él o sus padres, sino para que unas obras de Dios se hagan en él, y en forma clarísima. (Evangelio según San Juan 9, 3)

  • Jesús les respondió: «Ya se lo he dicho, pero ustedes no creen. Las obras que hago en el nombre de mi Padre manifiestan quién soy yo, (Evangelio según San Juan 10, 25)

  • Jesús les dijo: «He hecho delante de ustedes muchas obras hermosas que procedían del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?» (Evangelio según San Juan 10, 32)

  • Si yo no hago las obras del Padre, no me crean. (Evangelio según San Juan 10, 37)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina