Löydetty 610 Tulokset: muy

  • Muy temprano decidieron subir la montaña, pues decían: "¡Hemos pecado! Tenemos que subir a ese lugar que Yavé nos prometió". (Números 14, 40)

  • Balaam se levantó muy de madrugada y les dijo a los jefes enviados por Balac: "Regresen a su país, porque Yavé no quiso que fuera con ustedes". (Números 22, 13)

  • Esa noche se apareció Dios a Balaam y le dijo: "¿Así que esos hombres vinieron a invitarte? ¡Muy bien, parte con ellos, pero sólo harás lo que te diga!" (Números 22, 20)

  • Balaam se levantó muy de mañana, ensilló su burra y se fue con los jefes de Moab. (Números 22, 21)

  • Pero Balaam le respondió a Balac: "Te lo advertí muy bien: lo que diga Yavé, eso haré". Balac le dijo a Balaam: "Ven, te llevaré a otra parte, y a lo mejor allí tu Dios estará de acuerdo en que me lo maldigas!" (Números 23, 26)

  • Los hijos de Rubén y los hijos de Gad, que tenían muy grandes rebaños, vieron que el país de Yazer y el de Galaad eran tierras buenas para la ganadería. (Números 32, 1)

  • y vi que habían pecado contra Yavé, su Dios, y que se habían hecho un ternero de metal. Muy rápido se habían desviado del camino que Yavé les había enseñado. (Deuteronomio 9, 16)

  • Yavé estaba también muy enojado con Aarón y quería hacerlo perecer. Del mismo modo intercedí por Aarón. (Deuteronomio 9, 20)

  • Si el lugar elegido por Yavé para su morada está muy lejos, podrás matar del ganado mayor o menor que Yavé te ha concedido del modo que yo te prescribo; lo podrás comer en tus ciudades a la medida de tus deseos, (Deuteronomio 12, 21)

  • No sea que el vengador de la sangre se deje llevar por la cólera, persiga al que causó la muerte, lo alcance si es muy largo el camino, y lo mate, cuando en realidad éste no es reo de muerte, ya que no odiaba anteriormente a su compañero. (Deuteronomio 19, 6)

  • Así harás con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, y que no sean de aquellas de las cuales has de tomar posesión. (Deuteronomio 20, 15)

  • Echarás en tus campos mucha semilla y será muy poco lo que coseches, porque la langosta lo devorará. (Deuteronomio 28, 38)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina