Löydetty 189 Tulokset: monte

  • El rey subió al monte Sión y, cuando vio las defensas, quebrantó su juramento y mandó destruir el muro que lo cercaba. (1 Macabeos 6, 62)

  • Después de estos acontecimientos, subió Nicanor al monte Sión y algunos sacerdotes salieron del Templo para saludarlo amistosamente y mostrarle el sacrificio que ofrecían por el rey. (1 Macabeos 7, 33)

  • Entonces los judíos salieron de su emboscada, se precipitaron sobre ellos y los mataron; hubo muchas víctimas y otros huyeron al monte. Se apoderaron de todos los despojos. (1 Macabeos 9, 40)

  • Ordenó a los constructores que edificaran las murallas y la fortificación del monte Sión con piedras labradas. Y así lo hicieron. (1 Macabeos 10, 11)

  • Así, pues, hagan una copia de este decreto y entréguensela a Jonatán para que se deposite en el Monte Santo en un determinado lugar.» (1 Macabeos 11, 37)

  • Pues tanto él como sus hermanos y la familia de sus padres han animado la resistencia, han combatido a los enemigos de Israel y le han devuelto la libertad. Grabaron el texto en tablas de bronce y lo colgaron en las columnas del monte Sión. (1 Macabeos 14, 26)

  • Mandó después a otros para que se apoderaran de Jerusalén y del monte del Templo. (1 Macabeos 16, 20)

  • Además, debían profanar el templo de Jerusalén, dedicándolo a Dios Olímpico. De igual manera debían dedicar el templo del monte Garizín a Dios Hospitalario, conforme a los deseos de los habitantes del lugar. (2 Macabeos 6, 2)

  • Cuando se ha cortado la hierba y aparecen los brotes, amontona el pasto en el monte; (Proverbios 27, 25)

  • Antes de que sople la brisa del día, y se vayan las sombras, me iré al monte de la mirra, al cerro del incienso. (Cantar 4, 6)

  • Tu escuchaste en el monte Sinaí una sentencia, conociste en el Horeb el castigo decretado por Dios. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 7)

  • Yo y los hijos que Yavé me ha dado, somos para Israel como señales y anuncios que puso Yavé de los Ejércitos, que habita en el monte de Sión. (Isaías 8, 18)


“Nossa Senhora recebeu pela inefável bondade de Jesus a força de suportar até o fim as provações do seu amor. Que você também possa encontrar a força de perseverar com o Senhor até o Calvário!” São Padre Pio de Pietrelcina