Löydetty 329 Tulokset: lista de habitantes
Sobre ti recaerán la violencia que le hiciste al Líbano, con sus animales masacrados, y sobre ti vendrá el terror, porque has derramado sangre humana, le hiciste violencia a la tierra, a la ciudad y a todos sus habitantes. (Habacuc 2, 17)
Levantaré mi mano para castigar a Judá y a todos los habitantes de Jerusalén; sacaré todo lo que queda de Baal y hasta el nombre de sus sacerdotes. (Sofonías 1, 4)
Griten, habitantes del barrio hundido, pues ha desaparecido toda esa gentuza de comerciantes, han sido eliminados todos los que contaban la plata. (Sofonías 1, 11)
El que estaba de pie le dijo: «Corre a decir a este joven que Jerusalén será una ciudad abierta, pues será inmenso el número de habitantes y de animales que habrá en su interior. (Zacarías 2, 8)
Sálvense, habitantes de Sión que viven en Babilonia. (Zacarías 2, 11)
Así habla Yavé de los ejércitos: «Llegarán a Jerusalén gente de diversos países, habitantes de grandes ciudades. (Zacarías 8, 20)
Al ver esto, Ascalón tamblará de miedo y Gaza se pondrá a tiritar. Ecrón lo mismo, al ver perdida su esperanza. El rey se irá de Gaza, Ascalón quedará sin habitantes. (Zacarías 9, 5)
Yo tampoco me voy a preocupar más de los habitantes de este país, dice Yavé. Los dejaré en manos de su pastor y de su rey, que los exploten; pero no intervendré.)» (Zacarías 11, 6)
Yavé salvará, en primer lugar, a las otras familias de Judá, para que la familia de David y los habitantes de Jerusalén no se crean más importantes que el resto de Judá. (Zacarías 12, 7)
Ese día, también, Yavé protegerá de tal forma a los habitantes de Jerusalén que el más débil de entre ellos será como David, y la familia de David, que los encabezará, será como Dios, como el ángel de Yavé. (Zacarías 12, 8)
Dispondré el ánimo de los descendientes de David y de los habitantes de Jerusalén para que vuelvan a mí con amor y confianza. Llorarán por aquel que ha sido traspasado, como se siente la muerte de un hijo único, y lo echarán de menos como se lamenta el fallecimiento del primer hijo. (Zacarías 12, 10)
En aquel día habrá una fuente siempre corriendo para que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén se puedan lavar de sus pecados e impurezas. (Zacarías 13, 1)