Löydetty 86 Tulokset: juntos
Por ese mismo tiempo los hijos de Judá y los de Israel harán el camino juntos desde las tierras del norte a la tierra que di en herencia a sus padres. (Jeremías 3, 18)
Iré ver a los jefes y les hablaré, pues éstos conocen el camino de Yavé y el derecho de su Dios.» Pues bien, todos juntos habían quebrado el yugo y roto las correas. (Jeremías 5, 5)
¿Cómo te voy a perdonar? Tus hijos me han abandonado tomando por Dios a los que no lo son. Cuando cuidaba que nada les faltara, ellos se entregaron al adulterio. Juntos acudían a la casa de las prostitutas. (Jeremías 5, 7)
Por eso, así habla Yavé: «Voy a poner, por donde pase este pueblo, piedras, para que todos se caigan: padres e hijos, vecinos y amigos, perecerán juntos.» (Jeremías 6, 21)
Los mercenarios que se veían en ella, eran como novillos de engorde, pero ellos también vuelven la espalda y huyen todos juntos, sin oponer resistencia. Pues éste es para ellos el día de su desgracia, la hora de su castigo. (Jeremías 46, 21)
Yavé resolvió destruir la muralla de la Hija de Sión. Decidió la destrucción y no retiró su mano antes que se cumpliera; quiso acabar con el antemural y la muralla, que juntos se desmoronaron. (Lamentaciones 2, 8)
Como para una fiesta invitaste a todos los terrores juntos; en el día de tu enojo no hubo quien se salvara o sobreviviera. Los que yo crié y mantuve, mi enemigo los exterminó. (Lamentaciones 2, 22)
Los pillamos juntos, pero a él no lo pudimos atrapar porque era más forzudo que nosotros y, abriendo la puerta, se escapó. (Daniel 13, 39)
Así, pues, si tú lo has visto, dinos debajo de qué árbol los viste entretenerse juntos.» Respondió él: «Bajo una acacia. (Daniel 13, 54)
Dime ahora debajo de qué árbol los sorprendiste juntos» El respondió: «Bajo una encina. (Daniel 13, 58)
¿Emprenden, acaso, dos hombres juntos el camino sin haberse puesto antes de acuerdo? (Amós 3, 3)
sus jinetes galopan y vienen desde lejos, vuelan como el águila que se precipita sobre su presa. Se lanzan juntos al asalto, sin mirar más que a su presa, y amontonan los cautivos como arena. (Habacuc 1, 9)