Löydetty 261 Tulokset: jefe

  • Se hizo famoso entre los Treinta, pero no igualó a los Tres. David lo nombró jefe de su guardia. (2 Samuel 23, 23)

  • En efecto, David dio esta orden a Joab, jefe de su ejército: «Recorran todas las tribus desde Dan hasta Bersebá, para hacer un censo y que yo sepa cuánta gente tengo.» (2 Samuel 24, 2)

  • Después lo proclamarán como rey, al toque de trompetas. De vuelta, vendrá él delante de todos ustedes y se sentará en mi trono. El es quien reinará en mi lugar, y es a él a quien he puesto como jefe de Israel y Judá.» (1 Reyes 1, 35)

  • Yavé hace recaer su sangre en su cabeza, ya que él asesinó a dos hombres buenos y mejores que él, sin que mi padre David lo supiera: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá. (1 Reyes 2, 32)

  • Banaías, hijo de Joyada, jefe del ejército; Sadoc y Abiatar, sacerdotes; (1 Reyes 4, 4)

  • Azarías, hijo de Natán, superintendente, jefe de los gobernadores; Zabud, hijo del sacerdote Natán, consejero del rey; (1 Reyes 4, 5)

  • Ajisar, mayordomo del palacio; Adoniram, hijo de Abda, jefe de los que debían trabajar en las obras públicas. (1 Reyes 4, 6)

  • Cuando David venció a Edom, y Joab, jefe del ejército, subió a sepultar los muertos, mató a todos los varones de Edom, (1 Reyes 11, 15)

  • Estando en Egipto, Hadad recibió noticias de que David había muerto y que también había muerto Joab, jefe del ejército. Dijo entonces Hadad a Faraón: «Déjame partir para ir a mi tierra.» (1 Reyes 11, 21)

  • Vete a decirle a Jeroboam esta palabra de Yavé: Te destaqué en medio del pueblo y te puse como jefe de Israel, (1 Reyes 14, 7)

  • «Yo te levanté del polvo y te puse como jefe de mi pueblo de Israel, pero tú has seguido el mal camino de Jeroboam y enseñaste a Israel a pecar y a molestarme con sus pecados. (1 Reyes 16, 2)

  • Su servidor Zimri, jefe de la mitad de los carros de guerra, conspiró contra él. Y aprovechando que se puso a tomar hasta emborracharse en casa de Arsá, gobernador de Tirsa, (1 Reyes 16, 9)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina