Löydetty 67 Tulokset: exilio judío
«¿Quién me habrá dado a luz a toda esta gente? Pues yo estaba sin hijos y no los podía tener, estaba abandonada, en el exilio, ¿quién me los habrá criado? Porque yo había quedado sola. Y éstos, ¿de dónde vienen ahora?» (Isaías 49, 21)
Sin embargo, oigan lo que les dice Yavé a todos ustedes, los judíos que viven en Egipto: Juro por mi Nombre poderoso, dice Yavé, que en todo Egipto no habrá en adelante un solo judío que pronuncie mi nombre; no quedará nadie para decir: «Por vida del Señor, Yavé.» (Jeremías 44, 26)
Tranquilo ha vivido Moab desde su juventud, reposaba como un vino que nunca ha sido cambiado de tonel. Nunca había marchado al exilio, por eso había conservado su gusto y su sabor no se había picado. (Jeremías 48, 11)
Yo soy para ustedes una señal; a ustedes les pasará lo que he hecho. ¡Irán deportados al exilio! (Ezequiel 12, 11)
Las naciones comprenderán que si el pueblo de Israel estuvo en el exilio, fue porque pecó contra mí; le oculté mi rostro porque me fue infiel; lo entregué en manos de sus enemigos, y todos murieron a espada. (Ezequiel 39, 23)
Era el comienzo del año vigésimo quinto de nuestro exilio; el diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad; ese día la mano de Yavé se posó sobre mí y me llevó. (Ezequiel 40, 1)
Entonces ellos dijeron en presencia del rey: «Daniel, el desterrado judío, no hace caso de ti, ni de la prohibición que firmaste, y reza tres veces al día. (Daniel 6, 14)
Al enterarse los babilonios de esto, se indignaron y se amotinaron contra el rey, diciendo: «El rey se ha hecho judío, destruyó a Bel, mató a la serpiente, y suprimió a los sacerdotes.» (Daniel 14, 28)
La diosa es sacada afuera y va al exilio, y sus siervas lloran y gimen como palomas, y se dan golpes en el pecho. (Nahún 2, 8)
Así habla Yavé de los ejércitos: En esos días diez hombres, de distinta nacionalidad cada uno, agarrarán por el manto a un judío, suplicándole: «Queremos ir con ustedes, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes.» (Zacarías 8, 23)
Salió, pues, a predicar por las sinagogas del país judío. (Evangelio según San Lucas 4, 44)
Lo mismo se rumoreaba de él en todo el país judío y en sus alrededores. (Evangelio según San Lucas 7, 17)