Löydetty 122 Tulokset: enojó

  • Yavé se enojó contra Salomón, porque se había apartado de él. Dos veces se le había aparecido,10 y le había dado órdenes al respecto: «No sigas a otros dioses.» Pero Salomón no lo tomó en cuenta. (1 Reyes 11, 9)

  • Naamán se enojó y se retiró. Había pensado: «A mi llegada saldrá personalmente a encontrarme, se detendrá y rogará a Yavé. Con su mano tocará la parte enferma y quedaré sano. (2 Reyes 5, 11)

  • Entonces el hombre de Dios se enojó contra él y le dijo: «Tenías que haber tirado cinco o seis veces, entonces habrías batido a Aram hasta el exterminio. Ahora lo derrotarás tres veces.» (2 Reyes 13, 19)

  • Entonces Yavé se enojó muchísimo contra Israel y los arrojó lejos de su presencia, quedando solamente la tribu de Judá. (2 Reyes 17, 18)

  • «Vayan a consultar a Yavé sobre lo que dice este libro que encontraron. Consulten por mí, por el pueblo y todo Judá; porque nuestros padres no escucharon lo que dice este libro, ni escucharon sus ordenanzas, y por eso es grande el enojo de Yavé contra nosotros.» (2 Reyes 22, 13)

  • Josías hizo también desaparecer todos los santuarios de las lomas de las ciudades de Samaria. Estos santuarios habían sido hechos por los reyes de Israel y solamente consiguieron el enojo de Yavé. El rey los derribó e hizo con ellos igual que con el templo de Betel. (2 Reyes 23, 19)

  • Yavé se enojó contra Uzzá y lo hirió por haber tocado el Arca, cayendo muerto allí delante de Dios. (1 Crónicas 13, 10)

  • David se enojó porque Yavé había castigado a Uzzá; y se llamó aquel lugar Peres Uzzá hasta el día de hoy. (1 Crónicas 13, 11)

  • Asá se enojó contra el vidente y lo encadenó en la cárcel, pues estaba enojado con él por lo que había dicho. En este tiempo Asá maltrató también a gente del pueblo. (2 Crónicas 16, 10)

  • Entonces se enojó Yavé contra Amasías y le mandó un profeta a decirle: «¿Por qué has ido a buscar a los dioses de ese pueblo, que no han podido librar de tu mano a su propia gente?» (2 Crónicas 25, 15)

  • Me hubiera dado vergüenza pedir al rey tropas y gentes de a caballo para protegernos del enemigo en el camino; por el contrario, habíamos dicho al rey: «La mano de nuestro Dios está, para bien, con todos los que lo buscan; y su poder y su enojo sobre todos los que lo abandonan.» (Esdras 8, 22)

  • Nuestros jefes podrían representar a toda la asamblea. Los que en nuestras ciudades se hayan casado con mujeres extranjeras vendrían cada cierto tiempo, acompañados de los dirigentes locales y de los jueces de cada ciudad, hasta que hayamos apartado de nosotros el enojo de nuestro Dios por causa de este asunto.» (Esdras 10, 14)


“Todas as percepções humanas, de onde quer que venham, incluem o bem e o mal. É necessário saber determinar e assimilar todo o bem e oferecê-lo a Deus, e eliminar todo o mal.” São Padre Pio de Pietrelcina