Löydetty 26 Tulokset: encargados

  • Entonces los cabezas de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de mil y de cien, los encargados de las obras reales, (1 Crónicas 29, 6)

  • El rey y Joyadá se lo daban a los encargados de las reparaciones de la Casa de Yavé, y éstos tomaban a sueldo canteros y carpinteros, y también artesanos en hierro y bronce, para reparar la Casa de Yavé. (2 Crónicas 24, 12)

  • Así lo hicieron los encargados de la obra, y con sus trabajos adelantaron las reparaciones del edificio; restituyeron la Casa de Dios a su primer estado y la consolidaron. (2 Crónicas 24, 13)

  • Y como muchos de la asamblea no se habían santificado, los levitas fueron los encargados de inmolar los corderos pascuales para todos los que no se hallaban puros, a fin de santificarlos para Yavé. (2 Crónicas 30, 17)

  • Lo pusieron en manos de los que hacían el trabajo, los encargados de la Casa de Yavé, y éstos se lo dieron a los obreros para restaurar y reparar la Casa. (2 Crónicas 34, 10)

  • Han fundido el dinero traído a la Casa de Yavé y lo han entregado a los encargados y a los que trabajaban en la obra. (2 Crónicas 34, 17)

  • Cuando estuvo terminada la muralla y se pusieron las puertas, los porteros quedaron encargados de vigilarlas. (Nehemías 7, 1)

  • El encargado de los levitas en Jerusalén era Uzzí, hijo de Baní, hijo de Jasabías, hijo de Mattanías, hijo de Miká; era uno de los hijos de Asaf que estaban encargados del mantenimiento de la Casa de Dios, (Nehemías 11, 22)

  • En aquellos tiempos se nombró encargados que vigilaran las bodegas en que se almacenaban las contribuciones, las primicias y los diezmos. En ellas debían recoger de las diversas ciudades del territorio las porciones que la Ley otorga a los sacerdotes y a los levitas, pues la gente de Judá estaba feliz al ver a los sacerdotes y levitas en sus funciones. (Nehemías 12, 44)

  • Supe también que ya no entregaban las raciones a los levitas, y a causa de ello, los levitas y cantores encargados de las ceremonias se habían ido a sus campos. (Nehemías 13, 10)

  • Ese mismo día su ejército se puso en marcha. El número de guerreros era de ciento veinte mil de infantería y doce mil jinetes, sin contar los encargados del equipaje y la gran cantidad de hombres que iba a pie con ellos. (Judit 7, 2)

  • «Ordena que se busquen para el rey jovencitas solteras y bonitas y que para eso haya en todas las provincias del reino inspectores encargados de conducirlas a Susa, donde quedarán en la casa de las mujeres, bajo los cuidados de tu servidor Hegué, que es el administrador de esa casa. (Ester 2, 3)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina