Löydetty 310 Tulokset: dijeron
Ellos dijeron: «¿Para qué buscar otro testimonio? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca.» (Evangelio según San Lucas 22, 71)
Estaban tan asustadas que no se atrevían a levantar los ojos del suelo. Pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? (Evangelio según San Lucas 24, 5)
Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» (Evangelio según San Lucas 24, 32)
Estos les dijeron: «Es verdad. El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.» (Evangelio según San Lucas 24, 34)
Le preguntaron: «¿Quién eres, entonces? ¿Elías?» Contestó: «No lo soy.» Le dijeron: «¿Eres el Profeta?» (Evangelio según San Juan 1, 21)
Contestó: «No.» Entonces le dijeron: «¿Quién eres, enconces? Pues tenemos que llevar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo?» (Evangelio según San Juan 1, 22)
Fueron donde Juan y le dijeron: «Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y en cuyo favor tú hablaste, está ahora bautizando y todos se van a él.» (Evangelio según San Juan 3, 26)
Por eso los judíos dijeron al que acababa de ser curado: «Hoy es día sábado, y la Ley no permite que lleves tu camilla a cuestas.» (Evangelio según San Juan 5, 10)
Le dijeron: «¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal milagrosa haces tú, para que la veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? (Evangelio según San Juan 6, 30)
Ellos dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» (Evangelio según San Juan 6, 34)
Al escucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: «¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?» (Evangelio según San Juan 6, 60)
Sus hermanos le dijeron: «No te quedes aquí, vete a Judea para que tus discípulos de allí vean las obras que realizas. (Evangelio según San Juan 7, 3)