Löydetty 372 Tulokset: desierto de Sinaí
Es a Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos. (Evangelio según San Mateo 3, 3)
El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo, (Evangelio según San Mateo 4, 1)
Una vez que se fueron los mensajeros, Jesús comenzó a hablar de Juan a la gente: «Cuando ustedes fueron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? (Evangelio según San Mateo 11, 7)
Sus discípulos le respondieron: «Estamos en un desierto, ¿dónde vamos a encontrar suficiente pan como para alimentar a tanta gente?» (Evangelio según San Mateo 15, 33)
Por tanto, si alguien les dice: ¡Está en el desierto!, no vayan. Si dicen: ¡Está en tal lugar retirado!, no lo crean. (Evangelio según San Mateo 24, 26)
Escuchen ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.» (Evangelio según San Marcos 1, 3)
Es así como Juan el Bautista empezó a bautizar en el desierto. Allí predicaba bautismo y conversión, para alcanzar el perdón de los pecados. (Evangelio según San Marcos 1, 4)
En seguida el Espíritu lo empujó al desierto. (Evangelio según San Marcos 1, 12)
Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado por Satanás. Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían. (Evangelio según San Marcos 1, 13)
Sus discípulos le contestaron: «¿De dónde podemos sacar, en este lugar desierto, el pan que necesitan?» (Evangelio según San Marcos 8, 4)
Anás y Caifás eran los jefes de los sacerdotes. En este tiempo la palabra de Dios le fue dirigida a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. (Evangelio según San Lucas 3, 2)
Esto ya estaba escrito en el libro del profeta Isaías: Oigan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos. (Evangelio según San Lucas 3, 4)