Löydetty 190 Tulokset: cualquier
«Esto es lo que ha de suceder después:Yo derramaré mi Espíritu sobre cualquier mortal. Tus hijos y tus hijas profetizarán, los ancianos tendrán sueños y los jóvenes verán visiones. (Joel 3, 1)
tomando las ropas empeñadas, se acuestan cerca de cualquier altar, y con el vino de las multas se emborrachan en la Casa de su Dios. (Amós 2, 8)
Ese día sólo habrá en el palacio lamentos en vez de alegres cantos. Serán tantos los muertos, que quedarán tendidos en cualquier parte.» (Amós 8, 3)
Sus profetas son unos charlatanes dispuestos para cualquier mentira; sus sacerdotes profanan las cosas santas y no respetan la Ley. (Sofonías 3, 4)
«Si un hombre lleva carne consagrada envuelta en un traje y con éste roza pan, comida, vino, aceite o cualquier otro alimento, ¿quedará también todo esto consagrado?» Ellos respondieron: «No.» (Ageo 2, 12)
Yo montaré guardia para proteger a mi país de cualquier asaltante; ya nadie se atreverá a oprimirlos, pues ahora he visto cómo están oprimidos. (Zacarías 9, 8)
Y en Jerusalén y Judá cualquier utensilio de cocina será propiedad santa de Yavé de los ejércitos; de tal modo que podrán usarlos para cocer la carne de los animales sacrificados. Desde ese día no habrá más mercaderes en la Casa de Yavé. (Zacarías 14, 21)
Digan sí cuando es sí, y no cuando es no; cualquier otra cosa que se le añada, viene del demonio. (Evangelio según San Mateo 5, 37)
Por eso yo les digo: Se perdonará a los hombres cualquier pecado y cualquier insulto contra Dios. Pero calumniar al Espíritu Santo es cosa que no tendrá perdón. (Evangelio según San Mateo 12, 31)
Se le acercaron unos fariseos, y lo pusieron a prueba con esta pregunta: «¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?» (Evangelio según San Mateo 19, 3)
En cualquier momento el espíritu se apodera de él, lo tira al suelo y el niño echa espuma por la boca, rechina los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que echaran ese espíritu, pero no pudieron.» (Evangelio según San Marcos 9, 18)
Siempre tienen a los pobres con ustedes, y en cualquier momento podrán ayudarlos, pero a mí no me tendrán siempre. (Evangelio según San Marcos 14, 7)