Löydetty 87 Tulokset: comunión

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Najasón, hijo de Aminadab. (Números 7, 17)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Natanael, hijo de Suar. (Números 7, 23)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Eliab, hijo de Helón. (Números 7, 29)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Elisur, hijo de Sedeur. (Números 7, 35)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Selumiel, hijo de Surisadday. (Números 7, 41)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Elyasaf, hijo de Duel. (Números 7, 47)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Elisama, hijo de Ammihud. (Números 7, 53)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Gamaliel, hijo de Pedasur. (Números 7, 59)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Abidam, hijo de Guedeoní. (Números 7, 65)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esto fue lo que ofreció Abiezer, hijo de Ammisadday. (Números 7, 71)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Pagiel, hijo de Ocrón. (Números 7, 77)

  • un chivo para el sacrificio por el pecado; y para el sacrificio de comunión, (Números 7, 82)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina