Löydetty 40 Tulokset: comido
Saúl se estremeció y cayó de bruces en el suelo. Estaba asustado por las palabras de Samuel. Además le faltaron las fuerzas porque no había comido en todo el día. (1 Samuel 28, 20)
y, además, un pastel de higos y dos racimos de uvas pasas. Cuando hubo comido, le volvió el ánimo, ya que no había comido ni bebido en tres días. (1 Samuel 30, 12)
sino que has regresado y has comido y bebido en el lugar del que te había dicho: no comerás ni beberás allí. Por eso tu cadáver no será enterrado junto al de tus padres.» (1 Reyes 13, 22)
Ella le respondió: «Por Yavé, tu Dios, no tengo ni una torta; no me queda nada de pan, sólo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en un cántaro. Estaba recogiendo un par de palos para el fuego y ahora vuelvo a casa a preparar esto para mí y mi hijo. Cuando lo hayamos comido, no nos quedará más que esperar la muerte.» (1 Reyes 17, 12)
respondió el sumo sacerdote Azarías, de la familia de Sadoq, y dijo: «Desde que comenzaron a traer las ofrendas reservadas a la Casa de Yavé, hemos comido y nos hemos saciado, y aún sobra muchísimo, porque Yavé ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es la que sobra.» (2 Crónicas 31, 10)
Después de la cena hablaron de acostarse y acompañaron al joven de la sala donde había comido a su habitación. (Tobías 8, 1)
Tu esclava no ha comido en la mesa de Amán, ni tomado parte en el banquete del rey, ni probado el vino que se ofrece a los dioses. (Ester 14, 17)
por haber yo comido sus frutos sin pagarlos o porque hice exhalar el alma a su dueño, (Job 31, 39)
Tendrás que vomitar el bocado que hayas comido, y habrás perdido tus buenas palabras. (Proverbios 23, 8)
El sueño del trabajador será tranquilo, haya comido poco o mucho; pero la saciedad del rico no le permite dormir. (Eclesiastés (Qohelet) 5, 11)
He entrado en mi huerto, hermana mía, novia mía, he tomado mi mirra con mi perfume, he comido mi miel en su panal, he bebido mi vino y mi leche. Amigos, coman, beban, compañeros, embriáguense. Ella: (Cantar 5, 1)
Haré una visita a Bel en Babilonia y le quitaré de su boca lo que ha comido. Ya no vendrán más a él las naciones. ¡Los muros de Babilonia se vinieron abajo, (Jeremías 51, 44)