Löydetty 701 Tulokset: castigo de Egipto

  • José, pues, fue conducido a Egipto, y Putifar, funcionario del palacio de Faraón y capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían traído. (Génesis 39, 1)

  • Sucedió tiempo después, que dos funcionarios, el que preparaba las bebidas para el rey de Egipto, y el panadero principal, cometieron algunas faltas contra su señor el rey de Egipto. (Génesis 40, 1)

  • Una noche, tanto el que preparaba las bebidas, como el panadero principal del rey de Egipto, tuvieron ambos un sueño en la prisión, y cada sueño requería una interpretación. , Cuando José los vino a ver por la mañana, se dio cuenta de que estaban muy preocupados. (Génesis 40, 5)

  • Aquella mañana Faraón se levantó muy preocupado, y mandó llamar a todos los adivinos y sabios de Egipto. Les contó sus sueños, pero ninguno fue capaz de interpretarlos. (Génesis 41, 8)

  • Pero detrás de ellas subieron otras siete vacas tan flacas y feas como no había visto nunca en todo Egipto. (Génesis 41, 19)

  • Vendrán siete años de gran abundancia en todo Egipto, (Génesis 41, 29)

  • Ahora, pues, aconsejo a Faraón que busque un hombre inteligente y sabio para ponerlo al frente de Egipto. (Génesis 41, 33)

  • De esta manera habrá reservas en el país para los siete años de escasez que van a afectar Egipto, y el pueblo no morirá de hambre.» (Génesis 41, 36)

  • Faraón dijo a José: «Mira, te he puesto al frente de todo el país de Egipto.» (Génesis 41, 41)

  • Luego lo hizo subir a la segunda carroza del palacio e iban gritando delante de él: «¡Abran camino!» Así quedó José al frente de todo el país de Egipto. (Génesis 41, 43)

  • Dijo Faraón a José: «¡Yo soy Faraón! Sin tu consentimiento, nadie moverá mano o pie en Egipto.» (Génesis 41, 44)

  • Faraón llamó a José Safnat-Paneaj y le dio por esposa a Asenat, hija de Poti Fera, sacerdote del dios On. Después de esto José salió a recorrer todo el país de Egipto. (Génesis 41, 45)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina