Löydetty 306 Tulokset: animal muerto encontrado

  • Toda la comunidad se informó que Aarón había muerto; todo el pueblo de Israel lloró a Aarón por treinta días. (Números 20, 29)

  • porque ya habían muerto por esa plaga veinticuatro mil de ellos. (Números 25, 9)

  • El israelita que fue muerto, al ser herido junto con la madianita, se llamaba Zimiri, hijo de Salú; era uno de los jefes de la tribu de Simeón. (Números 25, 14)

  • Todos los de ustedes que derramaron sangre o que tocaron a algún muerto, quedarán fuera del campamento durante siete días, y se purificarán el tercer y el séptimo día. Ustedes harán lo mismo con las cautivas. (Números 31, 19)

  • Por eso venimos a ofrecer a Yavé lo que cada uno de nosotros ha encontrado, en objetos de oro, brazaletes, cadenitas, anillos y collares para hacer expiación por nosotros delante de Yavé.» (Números 31, 50)

  • Esas ciudades le servirán de refugio contra el vengador de la sangre, para que no sea muerto antes de haber sido juzgado por la comunidad. (Números 35, 12)

  • Porque aquél debía permanecer en su ciudad de asilo hasta la muerte del sumo sacerdote. El homicida no volverá a su propiedad antes de que haya muerto el sumo sacerdote. (Números 35, 28)

  • ni con forma de algún animal de los que viven en la tierra, o de algún ave que vuela en el cielo; (Deuteronomio 4, 17)

  • y abarcaban toda la llanura al oriente del Jordán hasta el Mar Muerto, al pie del monte Pisga. (Deuteronomio 4, 49)

  • O sea, que pueden comer cualquier animal rumiante de pezuña partida en dos mitades. (Deuteronomio 14, 6)

  • No comerán de ningún animal hallado muerto. Se lo darás al forastero que reside en tu ciudad o bien lo venderás a un extranjero, sabiendo que tú eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. (Deuteronomio 14, 21)

  • los jefes de su ciudad mandarán prenderlo allí, al lugar de asilo, y lo entregarán en manos del pariente del muerto para que le quiten la vida. (Deuteronomio 19, 12)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina