Löydetty 170 Tulokset: Pedro

  • Jesús preguntó: «¿Quién me ha tocado?» Como todos decían: «Yo, no», Pedro le replicó: «Maestro, es toda esta multitud que te rodea y te oprime.» (Evangelio según San Lucas 8, 45)

  • Al llegar a la casa, no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan y Santiago, y al padre y la madre de la niña. (Evangelio según San Lucas 8, 51)

  • Entonces les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro respondió: «Tú eres el Cristo de Dios.» (Evangelio según San Lucas 9, 20)

  • Unos ocho días después de estos discursos, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan y subió a un cerro a orar. (Evangelio según San Lucas 9, 28)

  • Un sueño pesado se había apoderado de Pedro y sus compañeros, pero se despertaron de repente y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. (Evangelio según San Lucas 9, 32)

  • Como éstos estaban para irse, Pedro dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Pero no sabía lo que decía. (Evangelio según San Lucas 9, 33)

  • Pedro preguntó: «Señor, esta parábola que has contado, ¿es sólo para nosotros o es para todos?» (Evangelio según San Lucas 12, 41)

  • En ese momento Pedro dijo: «Ya ves que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido.» (Evangelio según San Lucas 18, 28)

  • Jesús, por su parte, envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: «Vayan a preparar lo necesario para que celebremos la Cena de Pascua.» (Evangelio según San Lucas 22, 8)

  • Pedro dijo: «Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la prisión y a la muerte.» (Evangelio según San Lucas 22, 33)

  • Pero Jesús le respondió: «Yo lo digo, Pedro, que antes de que cante hoy el gallo, habrás negado tres veces que me conoces.» (Evangelio según San Lucas 22, 34)

  • Entonces lo apresaron y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote, donde entraron; Pedro los seguía a distancia. (Evangelio según San Lucas 22, 54)


“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina