Löydetty 59 Tulokset: Patrón
«No, dijo el patrón, pues al quitar la maleza, podrían arrancar también el trigo. (Evangelio según San Mateo 13, 29)
El patrón de ese servidor vendrá en el día que no lo espera y a la hora que menos piensa. (Evangelio según San Mateo 24, 50)
Pero el que recibió uno cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su patrón. (Evangelio según San Mateo 25, 18)
El patrón le contestó: «Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho más. Ven a compartir la alegría de tu patrón.» (Evangelio según San Mateo 25, 21)
El patrón le dijo: «Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven a compartir la alegría de tu patrón». (Evangelio según San Mateo 25, 23)
Pero su patrón le contestó: «¡Servidor malo y perezooso! Si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he invertido, (Evangelio según San Mateo 25, 26)
Sean como personas que esperan que su patrón regrese de la boda para abrirle apenas llegue y golpee a la puerta. (Evangelio según San Lucas 12, 36)
Felices los sirvientes a los que el patrón encuentre velando a su llegada. Yo les aseguro que él mismo se pondrá el delantal, los hará sentar a la mesa y los servirá uno por uno. (Evangelio según San Lucas 12, 37)
Pero puede ser que el administrador piense: «Mi patrón llegará tarde». Si entonces empieza a maltratar a los sirvientes y sirvientas, a comer, a beber y a emborracharse, (Evangelio según San Lucas 12, 45)
llegará su patrón el día en que menos lo espera y a la hora menos pensada, le quitará su cargo y lo mandará donde aquellos de los que no se puede fiar. (Evangelio según San Lucas 12, 46)
Este servidor conocía la voluntad de su patrón; si no ha cumplido las órdenes de su patrón y no ha preparado nada, recibirá un severo castigo. (Evangelio según San Lucas 12, 47)
Al regresar, el sirviente se lo contó a su patrón, que se enojó. Pero dijo al sirviente: «Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad y trae para acá a los pobres, a los inválidos, a los ciegos y a los cojos.» (Evangelio según San Lucas 14, 21)