Löydetty 805 Tulokset: Og

  • Te pertenecerá el primogénito de cualquier ser viviente, sea de hombre o de animal, ofrecido a Yavé. Tú harás solamente el rescate del primogénito de hombre, así como del primerizo de un animal impuro. (Números 18, 15)

  • Después el sacerdote tomará leña de cedro, de hisopo y de granado y la echará a la hoguera donde se queme la vaca. (Números 19, 6)

  • Un hombre puro recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en un lugar puro. Allí se las conservará para hacer el agua de purificación que usará la comunidad de los israelitas para hacer la expiación. (Números 19, 9)

  • El que haya recogido las cenizas de la vaca lavará sus ropas y quedará impuro hasta la tarde: es una ley perpetua tanto para los israelitas como para el extranjero que vive con ustedes. (Números 19, 10)

  • Para la purificación de esa persona, se tomará un poco de ceniza de la hoguera donde se hizo el sacrificio de expiación y se la vaciará en un vaso de agua. (Números 19, 17)

  • Dando un rodeo, tomaron el camino de Basán. Og, rey de Basán, se lanzó en su contra junto con todo su pueblo y les presentó batalla en Edrei. (Números 21, 33)

  • Balaam condujo entonces a Balaam a la cima del monte Fogor, frente al desierto. (Números 23, 28)

  • Israel se apegó al Baal de Fogor y se encendió la cólera de Yavé contra Israel. (Números 25, 3)

  • Moisés dijo a los jefes de Israel: "Que cada uno mate a aquellos de sus hombres que se prostituyeron con el Baal de Fogor". (Números 25, 5)

  • porque los atacaron a ustedes con su idolatría. Los engañaron a ustedes en el asunto de Fogor y en el de Cozbi, su hermana, hija de un príncipe de Madián, la que fue muerta en el día de la plaga, cuando fue el asunto de Fogor". (Números 25, 18)

  • Rubén, primogénito de Israel. Hijos de Rubén: Henoc y el clan henoquita; Palú y el clan paluita; (Números 26, 5)

  • Se llamaban las hijas de Selofjad: Mojlá, Noaá, Joglá, Milcá y Tirsá. (Números 26, 33)


“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina