Löydetty 710 Tulokset: Nosotros

  • ¿Qué hombre quedará con vida después de escuchar la voz de Dios vivo hablando de en medio del fuego, como lo hace ahora con nosotros? (Deuteronomio 5, 26)

  • Tú responderás a tu hijo: Nosotros éramos esclavos de Faraón en Egipto, y Yavé nos hizo salir de Egipto con mano firme. (Deuteronomio 6, 21)

  • y a nosotros nos sacó de allí para conducirnos a la tierra que prometió a nuestros padres. (Deuteronomio 6, 23)

  • El camino recto para nosotros consiste en guardar y practicar estos mandamientos como él lo ha ordenado . (Deuteronomio 6, 25)

  • No actuarán cada cual según le dé la gana; así lo hacemos hoy nosotros en este lugar, (Deuteronomio 12, 8)

  • Si ocurre esta señal o este prodigio, y él te dice: Vamos, sigamos a otros dioses, dioses que no son de nosotros, y sirvámosles, (Deuteronomio 13, 3)

  • Llegamos luego a este lugar, donde nos salieron al encuentro Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, para pelear contra nosotros, (Deuteronomio 29, 6)

  • sino que lo hago también con los que están aquí junto a nosotros en presencia de Yavé y con los ausentes. (Deuteronomio 29, 14)

  • Las cosas secretas pertenecen a Yavé, nuestro Dios, pero las que nos dio a conocer nos comprometen, a nosotros y nuestros hijos para siempre, y tenemos que poner en práctica todas las disposiciones de esta Ley. (Deuteronomio 29, 28)

  • Aquel día me enojaré contra ellos, los abandonaré y les ocultaré mi rostro; entonces no les quedará más que ser devorados, y los alcanzarán muchos males y adversidades. Aquel día dirán: ¿No me habrán llegado estos males porque mi Dios ya no está en medio de nosotros? (Deuteronomio 31, 17)

  • Temo que se jacten sus enemigos, ya que no entenderían y dirían: «Les ganamos nosotros, no es Yavé quien lo hizo.» (Deuteronomio 32, 27)

  • Si alguno de ellos sale de la casa, él será el único responsable de su muerte y no podrá culpársenos a nosotros. Pero si matan a alguno de los que contigo estén en tu casa, que venga sobre nosotros el castigo por su muerte. (Josué 2, 19)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina