Löydetty 57 Tulokset: Necesario

  • Asimismo, compraban con esta plata la piedra, la madera y todo lo necesario para las reparaciones de la Casa de Yavé. (2 Reyes 12, 13)

  • Le dieron constantemente lo necesario para vivir, de parte del rey, todos los días de su vida. (2 Reyes 25, 30)

  • Repartió hábilmente a todos sus hijos por toda la tierra de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas, dándoles todo lo necesario y procurando que se casaran. (2 Crónicas 11, 23)

  • lo necesario para los sacrificios al Dios de los Cielos: novillos, carneros, corderos, trigo, sal, vino y aceite. Con esto ofrecerán sacrificios gratos al Dios de los Cielos y rogarán por la vida del rey y de sus hijos. (Esdras 6, 10)

  • Cuidarás de comprar con ese dinero novillos, carneros, corderos y cuanto es necesario para las ofrendas y las libaciones, que ofrecerás sobre el altar de la Casa de tu Dios en Jerusalén. (Esdras 7, 17)

  • y saca de los tesoros del rey lo que sea necesario para los otros gastos que has de hacer para la Casa de tu Dios. (Esdras 7, 20)

  • Todo Israel, en tiempo de Zorobabel y de Nehemías, daba a los cantores y a los porteros lo necesario para cada día. A los levitas se les entregaban las cosas sagradas, y éstos cedían a los hijos de Aarón lo que les correspondía. (Nehemías 12, 47)

  • Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, es necesario que pagues su sueldo al hombre que te acompañó. (Tobías 12, 1)

  • Este les dará a cada una todo lo necesario para su belleza personal, (Ester 2, 4)

  • Fortificó también a Jafa, junto al mar, y a Gazer, en los límites de Azoto, habitada antes por enemigos, y estableció allí colonos judíos, dotándolos de cuanto era necesario. (1 Macabeos 14, 34)

  • Al volver de Persia enfermé de gravedad, por lo que me ha parecido necesario preocuparme de la seguridad común de todos ustedes. (2 Macabeos 9, 21)

  • No menos de nueve mil se refugiaron en dos torres muy bien fortificadas con todo lo necesario para resistir un asedio prolongado. (2 Macabeos 10, 18)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina