Löydetty 81 Tulokset: Llama

  • El cuenta las estrellas una a una y llama a cada una por su nombre. (Salmos 147, 4)

  • Cumplida la orden y pasado algún tiempo, el sol, que antes estaba nublado, volvió a brillar y se encendió una llama tan grande que todos quedaron maravillados. (2 Macabeos 1, 22)

  • ¿Quién llama? ¿No es la Sabiduría? ¿Esa voz, no es la Inteligencia? (Proverbios 8, 1)

  • Miren cómo llama a las puertas de la ciudad, en las entradas más frecuentadas: (Proverbios 8, 3)

  • El que le llama la atención a un burlón se atrae sus insultos; el que corrige a un malvado corre el riesgo de que lo humillen. (Proverbios 9, 7)

  • Guárdame en tu corazón como tu sello o tu joya, siempre fija a tu muñeca. porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión, tenaz como el infierno; sus flechas son dardos de fuego, como llama de Yavé. (Cantar 8, 6)

  • otras, en cambio, la llama surgía con más fuerza bajo el aguacero para destruir las cosechas de un país perverso. (Sabiduría 16, 19)

  • El temor del Señor es la raíz de la sabiduría; su ramaje se llama larga vida. (Sirácides (Eclesiástico) 1, 20)

  • ¿Hay algo más pesado que el plomo? ¿Cómo se llama? ¡Tonto! (Sirácides (Eclesiástico) 22, 14)

  • Pero ella no vencerá a los fieles; su llama no los quemará. (Sirácides (Eclesiástico) 28, 22)

  • En nombre del Señor Dios que se llama Dios de Israel, amontonaste el oro como si fuera estaño, y acumulaste la plata como el plomo. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 18)

  • La luz de Israel se hará fuego y su Santo será como una llama, (Isaías 10, 17)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina