Löydetty 122 Tulokset: Descendientes
El ha sorteado la parte que le tocaba a cada uno y con sus mismas manos tomó la lienza para repartirles el país. Serán sus dueños para siempre y allí vivirán ellos y sus descendientes. (Isaías 34, 17)
Derramaré agua sobre el suelo sediento y los riachuelos correrán en la tierra seca. Derramaré mi espíritu sobre tu raza y mi bendición cubrirá tus descendientes. (Isaías 44, 3)
Quiso Yavé destrozarlo con padecimientos, y él ofreció su vida como sacrificio por el pecado. Por esto verá a sus descendientes y tendrá larga vida, y el proyecto de Dios prosperará en sus manos. (Isaías 53, 10)
¿De quién se están riendo? ¿A quién le hacen morisquetas y le sacan la lengua? ¿No son ustedes hijos del pecado y descendientes de la mentira, (Isaías 57, 4)
No trabajarán inútilmente ni tendrán hijos para perderlos, pues ellos y sus descendientes serán una raza bendita de Yavé. (Isaías 65, 23)
en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión. (Jeremías 33, 26)
por eso -lo dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: Jonadab, hijo de Recab, siempre tendrá descendientes para servirme.» (Jeremías 35, 19)
No dejan a sus descendientes sino mentira y oprobio. (Baruc 6, 47)
Entonces darás a los sacerdotes levitas que son descendientes de Sadoc y que se acercan a mí para servirme, palabra de Yavé, un novillo para la expiación. (Ezequiel 43, 19)
Pero quienes se acerquen a mí para servirme y estén ante mí para presentarme la grasa y la sangre serán los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc -palabra de Yavé- porque mantuvieron las leyes de mi santuario cuando los Israelitas se apartaban lejos de mí. (Ezequiel 44, 15)
Ese territorio será para los sacerdotes consagrados, esos descendientes de Sadoc que aseguraron mi servicio y no siguieron a los israelitas en su desvarío como lo hicieron los levitas. (Ezequiel 48, 11)
Apenas se haya afirmado su reino, será destrozado y repartido a los cuatro vientos del cielo, aunque no entre sus descendientes. No será el mismo poderío que él había establecido, sino que su reino le será arrancado y pasará a otros (Daniel 11, 4)