Löydetty 148 Tulokset: Dentro
Todos esos edificios eran de piedra selecta, tallada a medida, aserrada por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas. (1 Reyes 7, 9)
Roboam les respondió: «Váyanse y vuelvan dentro de tres días.» Y el pueblo se fue. (1 Reyes 12, 5)
Cuando entraron a Samaria, Eliseo dijo: «Yavé, abre sus ojos para que vean.» Abrió Yavé sus ojos y vieron que estaban dentro de Samaria. (2 Reyes 6, 20)
En cuanto al estrado del trono que se había construido dentro de la Casa de Yavé, y la entrada exterior del rey, los quitó porque así se lo pidió el rey de Asur. (2 Reyes 16, 18)
Ezequías dijo a Isaías: «¿Cuál será la señal de que Yavé me va a sanar y que dentro de tres días subiré a la Casa de Yavé?» (2 Reyes 20, 8)
El rey derribó la casa de los afeminados que se dedicaban a la prostitución (como se hace en la religión de Asera). Estaba dentro de los patios de la Casa de Yavé y en ella también las mujeres tejían velos para Asera. (2 Reyes 23, 7)
Benaías, hijo de Yoyada, hombre valeroso y autor de grandes hazañas, natural de Cabseel, mató a los dos hijos de Ariel de Moab; además bajó y mató a un león dentro de una cisterna, en un día de nieve. (1 Crónicas 11, 22)
El vestíbulo que estaba delante tenía una longitud de veinte codos, correspondientes al ancho de la casa, y una altura de ciento veinte. Salomón lo recubrió por dentro de oro puro. (2 Crónicas 3, 4)
Cuando Yavé vio que se habían humillado, dirigió nuevamente su palabra a Semaías: «Ustedes se han humillado y por esta razón no los destruiré, sino que dentro de poco les daré la salvación y no derramaré mi cólera sobre Jerusalén por mano de Sosaq. (2 Crónicas 12, 7)
Se acostó Ajaz con sus padres y lo sepultaron dentro de la ciudad en Jerusalén; pues no lo pusieron en el sepulcro de los reyes de Israel. En su lugar reinó su hijo Ezequías. (2 Crónicas 28, 27)
Entonces hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a los mejores hasta dentro de su santuario, sin perdonar a joven ni a virgen, a viejo ni a canoso; a todos los entregó Dios en su mano. (2 Crónicas 36, 17)
y si alguno no se presentaba dentro de tres días conforme al acuerdo de los jefes y de los dirigentes locales, le serían confiscados todos sus bienes y él sería excluido de la asamblea de los que habían regresado del destierro. (Esdras 10, 8)