Löydetty 22 Tulokset: Bajaba
Y sucedió que mientras Moisés tenía las manos arriba, se imponía Israel, pero cuando las bajaba, se imponían los amalecitas. (Exodo 17, 11)
Moisés no bajaba del cerro y le pareció al pueblo un tiempo largo. Se reunieron en torno a Aarón, al que dijeron: «Fabrícanos un Dios que nos lleve adelante, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, que nos sacó de Egipto.» (Exodo 32, 1)
Y al entrar Moisés en la Tienda, la nube en forma de columna bajaba y se detenía a la entrada de la Tienda, mientras Yavé hablaba a Moisés. (Exodo 33, 9)
Después bajaba de la cima del cerro hasta la fuente Neftoá, y llegaba hasta las aldeas del monte Efrón; y se dirigía hacia Bala, es decir, Cariatiarim. (Josué 15, 9)
bajaba al occidente hacia los límites de los jefleteos, hasta Bet-Horón de Abajo, y Gazer, terminando en el mar Grande. (Josué 16, 3)
Desde Janoka bajaba hasta Astarot y Narata, pasaba por Jericó y terminaba en el Jordán. (Josué 16, 7)
Luego pasaba al sur de Luz, conocido como Betel, y bajaba a Atarot-Adar, cerca del cerro situado al sur de Bet-Horón de Abajo. (Josué 18, 13)
Montada en su burro, bajaba por un recoveco de cerro, al mismo tiempo que David y su gente venían hacia ella, así que se encontraron. (1 Samuel 25, 20)
Cumplida la orden, Judit salió con su sierva. Los hombres de la ciudad la siguieron con la mirada mientras bajaba por la montaña hasta que llegó al valle, y allí la perdieron de vista. (Judit 10, 10)
Ella también libró al justo en su huída, cuando bajaba el fuego sobre las cinco ciudades para aniquilar a los impíos. (Sabiduría 10, 6)
Entonces bajaba del altar y extendía sus manos sobre la asamblea de los hijos de Israel: bendecía con sus labios al Señor y pronunciaba con toda solemnidad su Nombre. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 20)
En cuanto a lo que ha visto el rey, un ángel, un santo que bajaba del cielo y decía: «Corten el árbol, destruyéndolo, pero el tronco y las raíces déjenlos en tierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, que lo moje el rocío del cielo y participe de la suerte de los animales del campo hasta que hayan pasado por él siete tiempos, mira que voy a explicártelo (Daniel 4, 20)