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Evangelio según San Lucas, 21

25. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y por toda la tierra los pueblos estarán llenos de angustia, aterrados por el estruendo del mar embravecido.

Aiheeseen liittyvät säkeet Evangelio según San Lucas, 21:

San Lucas 21 trata con las enseñanzas de Jesús sobre los signos que preceden a su segunda venida y la necesidad de estar preparado para este momento. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el capítulo:

2 Pedro 3:10: "Vendrá, como ladrón el día del Señor, en el que el cielo pasará con un gran choque, y los elementos, ardientes, se disolverán, y la tierra, y las obras que existen en él en él , será descubierto ". Este versículo habla sobre la segunda venida de Cristo y las consecuencias que tendrá a la tierra.

Mateo 24:42: "Mira, porque no sabes en qué día entra tu Señor". Como en San Lucas 21, Jesús enfatiza la importancia de la vigilancia y la preparación para su segunda venida.

1 Tesalonicenses 5:2: "Porque sabes muy bien que el día del Señor vendrá como el ladrón por la noche". En este versículo, Pablo hace una comparación similar a la utilizada por Jesús en San Lucas 21: la segunda venida de Cristo será repentina e inesperada como ladrón.

Apocalipsis 1:7: "He aquí, viene con las nubes, y todo el ojo lo verá, incluso aquellos que lo han pasado; y todas las tribus de la tierra lo lamentarán sobre él. Ciertamente. Amén". Este versículo habla sobre la visibilidad y la universalidad de la segunda venida de Cristo.

Mateo 24:30: "Entonces el signo del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo, y todas las tribus de la tierra lamentarán, y verán el Hijo del Hombre que venga sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria". Este versículo se relaciona con la descripción de Jesús en San Lucas 21:25-28 en los signos celestiales que precederán a su segunda venida.





“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina