Katolinen Raamattu
 

Deuteronomio, 17

16. Que tu rey no tenga muchos caballos, no sea que traiga de vuelta a Egipto a su pueblo con el fin de tener más caballos. Pues Yavé te ordenó que no volvieras jamás por aquel camino.

Aiheeseen liittyvät säkeet Deuteronomio, 17:

Deuteronomio Capítulo 17 trata sobre la justicia y el castigo para aquellos que desobedecen las leyes establecidas por Dios. Se enfatiza que es importante tener un sistema justo de juicio, y que las personas deben seguir las decisiones de los jueces. También se menciona que si hay casos en los que la decisión es muy difícil, deben recurrir al sacerdote o al juez en ese momento.

Levítico 19:15: "No cometerá injusticia en el juicio. No dará el sentido de las personas con los pobres, ni se inclinará ante el Grande; con justicia juzgará a su vecino". Este versículo enfatiza la importancia de la justicia en el juicio, sin distinción de riqueza o posición social.

Deuteronomio 19:18-19: "Los jueces preguntarán bien; y he aquí, siendo falso testimonio, falsamente presenciado contra su hermano, entonces usted hace cómo se ocupó de hacer a su hermano; así tomará el mal desde el medio de usted " Aquí se menciona que los testigos falsos deben ser castigados de acuerdo con la gravedad de su acusación.

Proverbios 31:9: "Abre tu boca, juzga y haz justicia a los pobres y necesitados". Este versículo enfatiza la importancia de ayudar a los necesitados y hacer justicia a aquellos que no tienen suficientes recursos.

Isaías 1:17: "Aprenda a hacer el bien; busca lo que es justo; ayuda a los oprimidos; hacer justicia al huérfano; lidiar con la causa de las viudas". Este versículo destaca la importancia de hacer el bien y ayudar a los necesitados.

Santiago 2:9: "Pero si tienes el sentido de las personas, el pecado comprometido, y te condenan la ley como transgresores". Este verso advierte de la injusticia que distinga entre las personas y la importancia de tratar a todos por igual.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina