17. Que Cristo habite en sus corazones por la fe, que estén arraigados en el amor y en él puedan edificarse.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina