Tobías, 6
5. El ángel añadió: «Abre el pez, sácale la hiel, el corazón y el hígado y guárdatelo, y tira los intestinos; porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios útiles.»
5. El ángel añadió: «Abre el pez, sácale la hiel, el corazón y el hígado y guárdatelo, y tira los intestinos; porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios útiles.»
Tobias 6 cuenta la historia de Tobias y Angel Rafael, quienes lo ayuda a sanar a su futura esposa Sara y a alejar al demonio Asmodeu. Entre los temas abordados en el capítulo se encuentran la importancia de la confianza en Dios, la orientación divina, la oración y la importancia de la fidelidad matrimonial.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no agites en tu propio entendimiento. Lo reconoce en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Este versículo destaca la importancia de confiar en Dios y buscar su orientación en todas las decisiones y formas de vida.
Salmo 32:8: "Te instruiré y te enseñaré la forma en que debes seguir; te guiaré con mis ojos". Este versículo habla sobre la orientación de Dios y su disposición a enseñarnos y guiarnos de la manera correcta.
Filipenses 4:6-7: "No tengan ansiosos por nada; antes de que todas estén sus solicitudes conocidas ante Dios para la oración y la súplica con el Día de Acción de Gracias; y la paz de Dios, que excede toda comprensión, mantendrá su corazón y su mente en Cristo Jesús. " Este versículo enfatiza la importancia de la oración y la gratitud a Dios en todo momento, y la promesa de paz que nos da a cambio.
Proverbios 5:18-19: "Tu primavera es bendecida y regocijada con la mujer de tu juventud, como un amado cervo y gacela elegante; tus caricias". Este versículo habla sobre la importancia de la fidelidad y el placer sexual dentro del matrimonio.
Efesios 5:25: "Ustedes, maridos, aman a sus mujeres, ya que Cristo también amaba a la iglesia, y él se dio a ella". Este versículo destaca la importancia del amor sacrificial dentro del matrimonio, así como Cristo se rindió a su iglesia.
“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina
