18. atados todos como estaban por una misma cadena de tinieblas. El silbido del viento, el melodioso canto de las aves en la enramada, el ruido regulado del agua que corría impetuosa,





“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina