Mateo, 6

La Biblia de Jerusalén

1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.

2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.

3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;

4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.

6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.

8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.

9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;

10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.

11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;

12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;

13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.

14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.

17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,

18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

19 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban.

20 Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.

21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

22 «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso;

23 pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!

24 Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.

25 «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

26 Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?

27 Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?

28 Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan.

29 Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.

30 Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?

31 No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?

32 Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.

33 Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.

34 Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.




Versículos relacionados com Mateo, 6:

San Mateo 6 contiene el discurso de Jesús sobre las prácticas religiosas, como la oración, el ayuno y la donación de limosnas. Enseña a sus seguidores a no buscar la atención de los demás practicando estas acciones, sino que hagan todo en secreto para agradar a Dios. También enseña la importancia de confiar en Dios para satisfacer las necesidades diarias y no preocuparse por el futuro.

Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no confíes en tu propio entendimiento; reconoce al Señor en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Jesús enfatiza la importancia de la confianza en Dios y no en sí mismo.

Mateo 6:14-15: "Porque si perdonan las ofensas del otro, el Padre Celestial también los perdonará. Pero si no se perdonan, el Padre Celestial no perdonará sus delitos". Jesús enseña la importancia del perdón para obtener el perdón de Dios.

Lucas 11:9-10: "Por lo tanto, les digo, les pregunto, y les doy a los que se lo busquen y encontraré; Brate, y la puerta se los abrirá. Para todos los que pregunta, recibe; lo que busca, encuentra; Y a eso que golpea, la puerta se abrirá ". Jesús enseña a sus seguidores cómo confiar en Dios para satisfacer sus necesidades y pedir oración.

Mateo 6:24: "Nadie puede servir a dos caballeros; porque uno odiará a uno y amará al otro, o se dedica a uno y desprecia al otro. No puedes servir a Dios y al dinero". Jesús advierte a sus seguidores sobre la idolatría del dinero y la importancia de servir solo a Dios.

Lucas 12:22-23: "Por lo tanto, les digo, no se preocupe por sus propias vidas, en cuanto a qué comer o beber; o sus propios cuerpos, en cuanto a qué ponerse. No es la vida más importante que ¿La comida y el cuerpo más importante que la ropa? " Jesús enseña sobre la importancia de confiar en Dios para satisfacer las necesidades diarias y no preocuparse por el futuro.


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