32. Y despidió a la gente, cada cual a su puesto. Los hombres fueron a las murallas y torres de la ciudad, y a las mujeres y niños los enviaron a casa. Había en la ciudad un gran abatimiento.





"Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina