4. Además, ni Yojanán, hijo de Caréaj, ni ninguno de los jefes de las tropas, ni nadie del pueblo escuchó la voz de Yahveh que mandaba quedarse en tierra de Judá;





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina