11. Y los sacerdotes y profetas, dirigiéndose a los jefes y a todo el pueblo, dijeron: «¡Sentencia de muerte para este hombre, por haber profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos!»





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina