15. «Señor mío, escúchame: Cuatrocientos siclos de plata por un terren0, ¿qué nos suponen a ti y a mí? Sepulta a tu muerta.»





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina