6. En todo lugar donde habitéis, las ciudades quedarán en ruinas y los altos serán devastados, de forma que vuestros altares queden en ruinas, como cosa culpable, vuestras basuras sean destrozadas y aventadas, vuestros braseros de incienso hechos pedazos y aniquiladas vuestras obras.





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina