14. Ha sido para que ningún árbol plantado junto a las aguas se engría de su talla, ni levante su copa por entre las nubes, y para que ningún árbol bien regado se estire hacia ellas con su altura. ¡Porque todos ellos están destinados a la muerte, a los infiernos, como el común de los hombres, como los que bajan a la fosa!





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina