Eclesiastés, 5
13. pues las riquezas perecen en un mal negocio, y cuando engendra un hijo, nada queda ya en su mano.
13. pues las riquezas perecen en un mal negocio, y cuando engendra un hijo, nada queda ya en su mano.
“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina