Biblia Católica
 

Romanos, 15

9. y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre.

Versos relacionados con Romanos, 15:

El Capítulo 15 de Romanos trata principalmente de la importancia de la unidad y el amor cristiano entre los hermanos, y también sobre la misión de Pablo de llevar el evangelio a los gentiles. Los siguientes versos están relacionados con estos temas:

1 Corintios 1:10: "Rezo, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que hables lo mismo, y que no hay divisiones entre ustedes; primero estar unido en el mismo pensamiento y la misma opinión. " Este versículo enfatiza la importancia de la unidad entre los cristianos, algo enfatizado en el Capítulo 15 de Romanos.

Efesios 4:3: "esforzarse diligentemente por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz". Nuevamente, se enfatiza la unidad, que muestra la importancia de trabajar para mantener la paz y la unidad.

Juan 13:34-35: "Un nuevo mandamiento que te doy, deja que te amen; como te he amado, que también te aman". Jesús enseña sobre el amor cristiano como testigo del mundo, algo que Pablo enfatiza en el capítulo 15 de Romanos.

2 Corintios 5:18-19: "Pero todo proviene de Dios, que nos reconcilió a sí mismo a través de Cristo, y nos dio el Ministerio de Reconciliación; porque Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo, no imputando sus transgresiones a los hombres, y confiado. nosotros con la palabra de reconciliación ". La reconciliación a través de Cristo es un tema central del evangelio, y es mencionado por Pablo en Romanos 15:16.

1 Tesalonicenses 1:8-9: "Porque, a partir de ti, la Palabra del Señor no solo era en Macedonia y Acaia, sino también en todas partes que tu fe a Dios se ha conocido, para que no tengamos necesidad de decir nada". Así como Pablo destaca su misión de llevar el Evangelio a los gentiles en Romanos 15, aquí vemos la difusión del mensaje de los Tesalonicenses.





“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina