Biblia Católica
 

Jueces, 20

20. y salir a luchar contra Benjamín. Los hombres de Israel se dispusieron en orden de batalla frente a la ciudad,

Versos relacionados con Jueces, 20:

Jueces El Capítulo 20 trata sobre el conflicto entre las tribus de Israel y la tribu de Benjamin, que había protegido a un grupo de hombres que cometieron un terrible crimen contra una mujer. Las tribus de Israel querían que Benjamin entregara a los culpables, pero se negaron, lo que condujo a una guerra civil. Aquí hay cinco versículos relacionados con los temas abordados en los jueces 20:

Deuteronomio 13:12-14: "Si, escuchando a alguien de tus ciudades, que el Señor tu Dios te ha dado a vivir en ellos, quien dice: Hombres, hijos de Belial, salieron de la mitad de ti y empujó al habitantes lejos de su ciudad, diciéndonos y sirven a otros dioses que no conoces; luego preguntarás, e investigará, e interrogarás bien; y he aquí, es cierto que tal abominación se hizo en el medio de ustedes "Este versículo habla sobre cómo lidiar con aquellos que cometen pecados severos y alejan a las personas de Dios.

Proverbios 11:14: "Donde no hay consejos, los planes dispersos, pero hay muchos consejeros que están establecidos". Este versículo enfatiza la importancia de buscar consejos de otros de temas importantes.

Salmo 27:1: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién tendré miedo? Es el Señor la fuerza de mi vida; ¿de quién me temeré?" Este salmo habla de confianza en Dios en tiempos de miedo e incertidumbre.

Proverbios 16:18: "Excelente precede a la ruina, y la altitud del Espíritu precede a la caída". Este verso advierte sobre los peligros de la arrogancia y el orgullo.

Isaías 1:18: "Ven entonces, y argumenta, dice el Señor, aunque tus pecados son como el escarlata, se volverán blancos como la nieve; incluso si son rojos como el Carmesim, se convertirán en la lana blanca". Este versículo habla sobre el perdón que Dios ofrece a los pecadores que se arrepienten y recurren a él.





“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina