23. A todas tus mujeres y a tus hijos se los llevarán a los caldeos; y tú mismo no escaparás de sus manos, sino que caerás en manos del rey de Babilonia. En cuanto a esta ciudad, será consumida por el fuego".





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina