14. Son seres malditos, cuyos ojos no pueden mirar a una mujer sin desearla; seres insaciables de pecado, que seducen a las almas débiles y cuyos corazones sólo conocen la codicia.





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina