II Crónicas, 9
27. El rey hizo que la plata fuera en Jerusalén tan común como las piedras, y que la madera de cedro fuera tan abundante como los sicomoros de la Sefelá.
27. El rey hizo que la plata fuera en Jerusalén tan común como las piedras, y que la madera de cedro fuera tan abundante como los sicomoros de la Sefelá.
“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina