37. si en el país al que han sido deportados reflexionan y se convierten, si en el país de sus vencedores te suplican, diciendo: ‘¡Hemos pecado, somos culpables, hemos cometido el mal!’;





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina