19. Cuando los que estaban al servicio de Hadadézer vieron que Israel los había derrotado, hicieron las paces con David y le quedaron sometidos. En adelante, los arameos no quisieron prestar más ayuda a los amonitas.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina