16. El enemigo tiene miel en los labios, pero por dentro piensa cómo arrojarte en la fosa. El enemigo tiene lágrimas en los ojos, pero, llegada la ocasión, no habrá sangre que lo sacie.





“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina