Biblia Católica
 

Sirácides (Eclesiástico), 6

37. Medita los preceptos del Señor, preocúpate continuamente de sus mandamientos; él te afirmará el corazón y tu recibirás esa sabiduría tan deseada.

Versos relacionados con Sirácides (Eclesiástico), 6:

Eclesiástico 6 habla sobre la importancia de tener verdaderos amigos y sabiduría para elegir bien las amistades. También enfatiza la necesidad de ser humilde y aprender de los más sabios. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:

Proverbios 17:17: "En todo momento el amigo ama y en la angustia se hace el hermano" Este verso destaca la importancia de la verdadera amistad, que permanece presente en todo momento, incluido el más difícil.

Proverbios 27:17: "Cómo el hierro con el afilado de hierro, por lo que el hombre aguanta la cara de su amigo". Este versículo enfatiza la importancia de la amistad en la búsqueda de la sabiduría y el crecimiento personal. Los verdaderos amigos nos ayudan a mejorarnos y ser mejores.

Eclesiástico 6:14: "Un amigo fiel es una protección poderosa: quien lo haya encontrado ha descubierto un tesoro". Este versículo destaca el valor invaluable de tener amigos verdaderos y leales, que son una fuente de apoyo y protección en nuestras vidas.

Proverbios 22:24-25: "No se asocie con el hombre o los Andes Iracondo con el colérico, para que no aprenda sus caminos y se vaya a su alma". Este verso advierte sobre la importancia de elegir bien nuestras amistades, evitando a las personas que pueden influir negativamente en nosotros.

Eclesiástico 6:36: "Si quieres adquirir sabiduría, amar la justicia, y el Señor te dará un entendimiento sabio". Este versículo destaca la importancia de la humildad en nuestra búsqueda de sabiduría. Para aprender y crecer, necesitamos ser humildes y buscar justicia y verdad.





“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina