19. El pueblo suplicaba al Señor Altísimo y se mantenía en oración delante del Misericordioso, hasta que se acababa el homenaje al Señor y se terminaba la liturgia.





“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina