Sirácides (Eclesiástico), 39
17. A una palabra suya las aguas se detuvieron y se elevaron en un solo lugar; una palabra de su boca abrió el depósito de las aguas.
17. A una palabra suya las aguas se detuvieron y se elevaron en un solo lugar; una palabra de su boca abrió el depósito de las aguas.
“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina